dimecres, 26 de setembre del 2012

SÓCRATES Y EL INTELECTUALISMO MORAL Sócrates está considerado como el padre de la filosofía en Occidente, aunque conviene saber que hay una larga secuencia de pensadores anteriores, como los llamados “físicos de Jonia”, Tales de Mileto y Anaxímenes, el fundador de la escuela de Efeso, Heráclito, o el fundador de la escuela de Elea, Parménides, considerado éste último como precursor junto al matemático Pitágoras del discurso racionalista con el que identificamos el pensamiento socrático. De todo ello el platonismo es directo heredero. La trascendencia de Sócrates se percibe en el hecho de que todos aquellos grandes pensadores sean aún hoy denominados “presocráticos”, como si el sentido de su meditación hubiera sido ir avistando los problemas y formulando las preguntas que recogería después Sócrates quien, como su discípulo, Platón, reúne el talento suficiente y se encuentra en la época más adecuada –el esplendoroso siglo V ateniense- para convertir toda esa problemática en el primero gran sistema de razones de la historia.////////// //////////////////Nuestro personaje ha pasado a la historia por su condena y muerte por la asamblea de Atenas, que le acusó de impiedad, es decir, no honrar debidamente a los dioses de la polis, y por corromper a la juventud. Se le conoce también por la célebre frase “Sólo sé que no sé nada”, en la que presentimos la apuesta por la humildad intelectual más absoluta a la hora de afrontar cualquier conocimiento. En cualquier caso, identificamos su obra en la historia de la filosofía a partir de la llamada “Teoría de las Definiciones” (también llamada “Teoría del Concepto”), y recogemos su doctrina como “Intelectualismo moral”. Es importante reconocer que lo que sabemos de la filosofía socrática proviene de testimonios de sus discípulos y documentos de la época, aparte de, por supuesto, los diálogos escritos por Platón, donde Sócrates aparece sistemáticamente como personaje. A grandes rasgos, lo que la suma de ambas cosas significa es que para Sócrates es posible encontrar verdades con dignidad universal, es decir, que se puede construir una ciencia de la virtud, la cual no necesariamente queda condenada al relativismo que defienden los sofistas. La base de esta doctrina moral es la idea de que los hombres actúan honestamente cuando alcanzan la sabiduría, de manera que es el desconocimiento de la virtud, o sea, la ignorancia, lo que les hace comportarse malvadamente. Sócrates sospecha que las doctrinas de los sofistas, exitosamente extendidas por la ciudad a través del ágora, han propagado esa cómoda e irresponsable renuncia al conocimiento del bien y la justicia. ///////////////////// ////////////////La existencia de un gran debate filosófico en la Atenas del siglo V es inseparable de la experiencia democrática. En la asamblea se discutían cotidianamente temas domésticos y prácticos, pero el hábito de la discusión animó a que aparecieran reflexiones sobre temas filosóficos relevantes como la vida virtuosa, la posibilidad de alcanzar lo verdadero, la existencia de los dioses o el problema de la felicidad. Así, los sofistas se presentaban en sus escuelas como “maestros de la virtud”. Sin embargo, la mayoría de los sofistas enseñaban en sus escuelas que lo importante para un hombre es el éxito, el poder y la satisfacción de los deseos personales. Su profesionalismo, el hecho de que cobraran por dar clases, les generó muchas enemistades, entre otras la de Sócrates.//////////// ///////////El debate se plantea en el siguiente sentido: ¿son los juicios morales “naturales”, es decir, tienen una base con valor universal, o son simple producto del acuerdo ocasional en las distintas comunidades, es decir, “convencionales”? Es normal que nos encontráramos con la solución relativista, resumida en la frase de Protágoras, “El hombre es la medida de todas las cosas”. Esto significa que las normas son siempre artificios, es decir, creaciones humanas y, por tanto, relativas a cada comunidad. “Para los etíopes, los dioses son chatos y negros”, para los tracios, rubios y de ojos azules”.///////////// //////////////La experiencia democrática que Atenas tenía acumulada también parece inspirar este relativismo. En tiempos homéricos, bajo el dominio de reyes o aristócratas, se solía pensar que las normas provenían de los cielos y eran por tanto inmutables y eternas. Los griegos se acostumbraron de tal manera a legislar, que llegó un punto en que era ridículo ignorar el carácter humano de las leyes y, por añadidura, de los principios morales que las sustentan. La conclusión que termina extrayendo la sofística es que no existe “lo justo”, en sí, sino que justo es lo que las leyes de la polis donde estamos han determinado que sea justo. Si debemos cumplir las leyes no es porque sea más justo hacerlo, sino porque nos conviene. De aquí podría derivarse una objeción: si incumplir las leyes me proporciona algún tipo de ventaja, bastaría saber que no voy a ser sorprendido en el delito por las autoridades para que sea aconsejable para mi beneficio incumplir las leyes//////////. ///////////La conclusión es que los sofistas no creen que podamos conocer los fundamentos últimos de la realidad y que, por tanto, es inútil buscar grandes ideales. La alternativa pues a la acción justa o a la sabiduría entendida como búsqueda de la verdad es el pragmatismo. Si el sofista es sabio es porque conoce muchas opiniones, muchos puntos de vista sobre cada tema, lo cual le permite decidir siempre cuál es la mejor ante cada caso, no porque sea “mas verdadera”, sino porque es más útil o práctica en el caso de que se trate.//////// ////////////////Sócrates tuvo la vida de un ateniense ejemplar, cumplió sus deberes militares y trabajó siempre a favor de la ciudad. Siempre creyó que su obligación era defender lo más justo para la ciudad, de manera que si se trataba de defenderlo no dudó nunca en enfrentarse incluso a las autoridades. Le molestaba mucho de la asamblea que se dejase llevar por los bajos instintos en perjuicio de la razón. De los sofistas le molestaba el egoísta individualismo que acarreaban sus teorías. Escuchándoles, era como si dieran por hecho que nuestros deseos y ambiciones están por encima de los ideales de justicia y del interés colectivo. Sócrates entendía que, con el final del Areópago, ya no había lugar para forzar el cumplimiento de las leyes y el sometimiento al bien de la polis solo porque lo mandaran los dioses. Pero de eso no había que derivar el cinismo sofista, sino enseñar a los ciudadanos a interiorizar el deber, a entender que lo digno es cumplir las leyes de la ciudad siempre y cuando sean justas.//////////// ////////////¿Y cuál es el concepto socrático de justicia? Sócrates vincula la moral al conocimiento, y el primero al que debemos aprender a conocer es a nosotros mismos, de ahí la celebre frase: “Conócete a ti mismo”. Él entendía que el hombre es alma y cuerpo, y que es la primera, la parte racional, la que le puede conducir a una vida digna. Ese conocimiento no debe conducirnos a la soberbia intelectual, de ahí otra de sus célebres frases: “Sólo sé que no sé nada”. ¿Cómo extender esta actitud por la ciudad? Sócrates consideraba una obligación llevar a cabo una gran labor educativa. Hablaba de educar por amor, no ya por interés, como los sofistas, sino por amor a la ciudad y a sus alumnos/////////. //////////La gran aportación de Sócrates a la filosofía es la “teoría de las definiciones”, que arranca de la crítica a la posición sofística, que renuncia desde el relativismo y el escepticismo a establecer significaciones objetivas y con valor universal para los conceptos. Debemos poder “definir” los conceptos, poder establecer su significación verdadera, sin depender de los criterios subjetivos, ese límites del cual los sofistas no parecen querer pasar. Así, como se trata de actuar con justicia, no podemos ser justos o virtuosos si renunciamos a conocer la virtud y la justicia. Esta alianza entre conocimiento y virtud implica el principio máximo del “intelectualismo moral”, según el cual hacemos el mal porque desconocemos el bien, lo cual se acaba cuando nos hacemos verdaderamente sabios/////////. ////////////Con esta concepción, Sócrates no sólo está enfrentándose a los sofistas, está inaugurando en Occidente la tradición filosófica del racionalismo y poniendo las bases para el surgimiento de la obra filosófica mas determinante de la Antigüedad, la platónica.

dissabte, 2 de juny del 2012

T-4 ÉTICA Y POLÍTICA............................................................................................................................................................................ ¿Te acuerdas de lo que decíamos en la Ética para Amador que constituye la diferencia fundamental entre la actitud ética y la actitud política? Las dos son formas de considerar lo que uno va a hacer (es decir, el empleo que vamos a darle a nuestra libertad), pero la ética es ante todo una perspectiva personal, que cada individuo toma atendiendo solamente a lo que es mejor para su buena vida en un momento determinado y sin esperar a convencer a todos los demás de que es así como resulta mejor y más satisfactoriamente humano vivir. En la ética puede decirse que lo que vale es estar de acuerdo con uno mismo y tener el inteligente coraje de actuar en consecuencia, aquí y ahora: no valen aplazamientos cuando se trata de lo que ya nos conviene, que la vida es corta y no se puede andar dejando siempre lo bueno para mañana... En cambio, la actitud política busca otro tipo de acuerdo, el acuerdo con los demás, la coordinación, la organización entre muchos de lo que afecta a muchos. Cuando pienso moralmente no tengo que convencerme más que a mí; en política, es imprescindible que convenza o me deje convencer por otros. Y como en cuestiones políticas no sólo se trata de mi vida, sino de la armonía en acción de mi vida con otras muchas, el tiempo de la política tiene mayor extensión: no sólo cuenta el deslumbramiento inaplazable del ahora sino también períodos más largos, el planeamiento de lo que va a ser el mañana, ese mañana en el que quizá yo ya no esté pero en el que aún vivirán los que yo quiero y donde aún puede durar lo que yo he amado.................................................................................................................................................................... Fernando Savater -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- T-5 SOBRE VÍNCULOS POLÍTICOS ------------------------------------------------------------------------------------------ Lo malo de la pertenencia incondicional a una comunidad es que el afán de sentirse unido a los demás haga aparecer como "naturales" los vínculos políticos (siempre convencionales y por tanto revocables) que nos unen a los otros. O sea: es natural (deriva de nuestra condición de seres hablantes y pensantes) que los hombres vivamos en sociedad; pero la forma concreta de esa sociedad, sus leyes, sus fronteras, etc., nunca es natural. Siempre es una obra de arte y convención humana. Los grupos humanos más primitivos suelen atribuirse a sí mismos nombres que equivalen a "los Hombres" o "la Gente". Dan así por sentado que los miembros de la tribu son los únicos verdaderamente humanos, que por tanto su asociación no es fruto de azares y pactos dictados por las circunstancias sino una consecuencia directa del Orden inamovible del universo: entre los "verdaderos" hombres ya no hay modos y modas aleatorios, mejorables o desechables, sino que todo es de una vez por todas como debe ser. Esta mentalidad no es tan lejana a la que podemos tener en grupos históricamente más evolucionados. También los países modernos (a pesar de ser bastante respetuosos con el progreso, las revoluciones, los descubrimientos científicos, etc...) suelen creer que sus fronteras, su forma de vida, sus prejuicios y sus instituciones son algo casi "sagrado", la expresión de lo que la esencia humana (o por lo menos la esencia de los "nuestros" que toman parte del grupo, los más humanos de los humanos) verdaderamente representan como su más alto cumplimiento. Aceptar que hay muchas maneras de ser hombre -y todas igual de "humanas" unas que otras- es cosa difícil, por lo visto. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ F.Savater................................................................................................................................................................................................ LA ISONOMÍA -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ¿Isonomía? ¿La misma ley para todos? ¿Igualdad política? Ya te estoy oyendo protestar. ¡Cómo iba a ser verdadera esa igualdad, si tenían esclavos! En efecto, los esclavos no participaban en la vida política griega. Ni tampoco las mujeres (que, por cierto, tuvieron que esperar nada menos que veintiséis siglos, hasta ayer como quien dice, para tener plenos derechos políticos... salvo en los países islámicos, donde siguen esperando). Tienes razón en tu protesta, pero no olvides que desde aquella lejana Grecia han pasado muchos cientos de años y se han revisado muchas creencias. Los pioneros atenienses nunca sostuvieron que todos los seres humanos tienen derechos políticos iguales: lo que inventaron y establecieron es que todos los ciudadanos atenienses tenían derechos políticos iguales. Y sabían que no todo el mundo era ciudadano ateniense:había que ser varón, de cierta edad, no esclavo, nacido en la polis,etc.. Pero todos los que reunían esos requisitos eran políticamente iguales. Te aseguro que el cambio de mentalidad ya es bastante revolucionario para lo que entonces había en Persia, Egipto,China o en el México de los aztecas. Lo de que todos los seres humanos somos iguales(al menos ante Dios) vino más tarde, por influencia de los estoicos, epicúreos, cínicos,cristianos y otras sectas subversivas. Aun así, tuvieron que pasar casi dos mil años para que se aboliera la esclavitud, para que las mujeres pudiesen votar y ser elegidas para cargos gubernamentales, para que una asamblea mundial de naciones aprobara una declaración universal de derechos humanos. Si aquellos viejos griegos no hubiesen dado el primer paso, el decisivo, probablemente ahora tú no te indignarías ante las desigualdades que consintieron en su polis...¡ni ante las que aún se dan entre nosotros,tanto tiempo después! --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Fernando Savater

divendres, 18 de maig del 2012

COMUNIDAD Y POLÍTICA------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- T-1. CÓDIGO DE HAMMURABI Ley 1: Si uno ha acusado y ha embrujado a otro y no puede justificarse, es pasible de muerte. Ley 2: Si uno embrujó a otro y no puede justificarse, el embrujado irá al río, se arrojará; si el río lo ahoga, el que lo ha embrujado heredará su casa; si el río lo absuelve y lo devuelve salvo, el brujo es pasible de muerte y el embrujado tomará su casa. Ley 3: Si uno en un proceso ha dado testimonio de cargo y no ha probado la palabra que dijo, si este proceso es por un crimen que podría acarrear la muerte, este hombre es pasible de muerte. Ley 4: Si se ha prestado un testimonio semejante en un proceso de trigo y plata, recibirá la pena de este proceso. Ley 5: Si un juez ha sentenciado en un proceso y dado un documento sellado (una tablilla) con su sentencia, y luego cambió su decisión, este juez será convicto de haber cambiado la sentencia que había dictado y pagará hasta 12 veces el reclamo que motivó el proceso y públicamente se le expulsará de su lugar en el tribunal y no participará más con los jueces en un proceso. Ley 6: Si uno robó el tesoro del dios o del palacio, recibirá la muerte y el que hubiere recibido de su mano el objeto robado, recibirá la muerte. Ley 7: Si uno compró o recibió en depósito, sin testigos ni contrato, oro, plata, esclavo varón o hembra, buey o carnero, asno o cualquier otra cosa, de manos de un hijo de otro o de un esclavo de otro, es asimilado a un ladrón y pasible de muerte. Ley 8: Si uno robó un buey, un carnero, un asno, un cerdo o una barca al dios o al palacio, si es la propiedad de un dios o de un palacio, devolverá hasta 30 veces, si es de un muskenun, devolverá hasta 10 veces. Si no puede cumplir, es pasible de muerte. Ley 9: Si uno que perdió algo lo encuentra en manos de otro, si aquel en cuya mano se encontró la cosa perdida dice: "Un vendedor me lo vendió y lo compré ante testigos"; y si el dueño del objeto perdido dice: "Traeré testigos que reconozcan mi cosa perdida", el comprador llevará al vendedor que le vendió y los testigos de la venta; y el dueño de la cosa perdida llevará los testigos que conozcan su objeto perdido; los jueces examinarán sus palabras. Y los testigos de la venta, y los testigos que conozcan la cosa perdida dirán ante el dios lo que sepan. El vendedor es un ladrón, será muerto. El dueño de la cosa perdida la recuperará. El comprador tomará en la casa del vendedor la plata que había pagado. Ley 10: Si el comprador no ha llevado al vendedor y los testigos de la venta; si el dueño de la cosa perdida ha llevado los testigos que conozcan su cosa perdida: El comprador es un ladrón, será muerto. El dueño de la cosa perdida la recuperará. Ley 11: Si el dueño de la cosa perdida no ha llevado los testigos que conozcan la cosa perdida: Es culpable, ha levantado calumnia, será muerto. Ley 12: Si el vendedor ha ido al destino (ha muerto), el comprador tomará hasta 5 veces en la casa del vendedor del objeto de la reclamación de este proceso. Ley 13: Si este hombre no tiene sus testigos cerca, los jueces fijarán un plazo de hasta 6 meses; si al sexto mes no ha traido sus testigos, es culpable y sufrirá el castigo de este proceso. Ley 14: Si uno robó el hijito de un hombre libre, será muerto. Ley 15: Si uno sacó un esclavo o esclava del palacio, un esclavo o esclava de un muskenum, será muerto. Ley 16: Si uno alberga en su casa un esclavo o esclava prófugos del palacio o de un muskenum, y no lo hace salir al requerimiento del mayordomo, el dueño de casa será muerto. Ley 17: Si uno capturó en el campo un esclavo o esclava prófugos y lo llevó a su dueño, el dueño del esclavo le dará dos siclos de plata. Ley 18: Si este esclavo se niega a dar el nombre de su amo, se lo llevará al palacio y su secreto será allí develado, y se lo devolverá al amo. Ley 19: Si uno guarda al esclavo en su casa y se lo encuentra en su poder, este hombre sufrirá la muerte. Ley 20: Si en esclavo se escapa de las manos de su captor, Baste lo jurará al amo del esclavo, y será libre de responsabilidad.----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- T-2 LA POLIS------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ EEn los grupos sociales pequeños y más primitivos solía ser la naturaleza (que nos hace a unos fuertes y a otros débiles, a unos lentos y a otros rápidos, etc..) la que determinaba la jerarquía política; en las sociedades mayores fue la teología la que sirvió para justificar la existencia de castas diferentes entre los miembros del conjunto. La naturaleza, los dioses: ni con la una ni con los otros es fácil discutir, porque no suelen admitir objeciones. Los griegos, por supuesto, se sometieron también en sus comienzos a este mismo tipo de autoridades inapelables. También los griegos se daban cuenta, como cualquiera, de las enormes diferencias naturales o heredadas que se dan entre los hombres. Pero poco a poco se les empezó a ocurrir una idea algo rara: los individuos se parecen entre sí más allá de sus diferencias, porque todos hablan, todos pueden pensar sobre lo que quieren o lo que les conviene, todos son capaces de inventar algo o de rechazar algo inventado por otro... explicando por qué lo inventan o por qué lo rechazan. Los griegos sintieron pasión por lo humano, por sus capacidades, por su energía constructiva (¡y destructora!), por su astucia y sus virtudes... hasta por sus vicios. Otros pueblos se pasmaron ante los prodigios de la naturaleza o cantaron la gloria misteriosa de los dioses; pero Sófocles resumió la opinión de sus compatriotas al escribir en una de sus tragedias: «De todas las cosas dignas de admiración que hay en el mundo, ninguna es tan admirable como el hombre.» Por ello, los griegos inventaron la polis, la comunidad ciudadana en cuyo espacio artificial, antropocéntrico, no gobierna la necesidad de la naturaleza ni la voluntad enigmática de los dioses, sino la libertad de los hombres, es decir: su capacidad de razonar, de discutir, de elegir y de revocar dirigentes, de crear problemas y de plantear soluciones. El nombre por el que ahora conocemos ese invento griego, el más revolucionario políticamente hablando que nunca se haya dado en la historia humana, es democracia.-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- T-3 LA DEMOCRACIA EN GRECIA------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Etimológicamente, democracia -por oposición a aristocracia, que es dejar las decisiones alos nobles, a los ricos, a los iniciados, en una palabrar¡, a los "poderosos"- significa "poder del demos", del pueblo, de las gentes sencillas. Sin embargo, en el Ática, pasa a significar muy pronto, generalmente, que la dirección de los negocios públicos concierne a todos y a cada uno de los ciudadanos, sean ricos o pobres, sean o no "de ilustre cuna, que todos son en adelante iguales a los ojos de la ley y que el regir la sociedad, en cualquier nivel, ya no es patrimonio de ningún privilegiado. Ciertamente, esta idea de igualdad entre los ciudadanos no es nueva: en Esparta, ciudad aristocrática si las hubo, los ciudadanos se llaman, precisamente, los "iguales"; pero, en comparación con el total de habitantes, su número es escasísimo. En Atenas, cuando triunfan las últimas reformas de Efialtes y de Pericles, la victoria de la democracia quiere decir que empieza a considerarse ciudadanos "por entero", aptos para ser "legisladores y súbditos", a todos los habitantes masculinos del Ática, nacidos de padres atenienses, inscritos conforme a las normas en los registros municipales, nacidos de padres atenienses, inscritos conforme a las normas en los registros municipales y que hayan cumplido sus obligaciones militares (lo cual representa -notémoslo para evitar toda anacrónica asimilación con las democracias modernas- unas treinta o cuarenta mil personas de una población que, sumados los "metecos" -extranjeros residentes y protegidos- y los esclavos, se acercaba a las cuatrocientas mil almas). Sabido es que, en la Atenas clásica, la soberanía la ejerce el pueblo reunido en asamblea, formando la Ecclesia. Cuando Pericles hubo quitado todos sus poderes políticos al ancestral colegio del del Aerópago, último reducto del "antiguo régimen", la "Asamblea principal" reinó todopoderosa. A tenor de la ley, cada año ha de reunirse por lo menos cuatro veces por pritanía, es decir, un mínimo de cuarenta veces. Ella entiende en todos los asuntos públicos y en los privados que interesan a la colectividad. Allí participan, allí ponen leyes, allí toman la palabra todos los ciudadanos que quieran hacerlo. Ella tiene por cometido no solamente dictar decretos y cuanto constitutuye las funciones que nosotros llamamos "legislativoas", sino también designar a los magistrados, controlar su gestión, velar por el aprovisionamiento y la defensa del país, dirigir las actividades dipolmáticas, decidir la paz o la guerra, elegir a los ciudadanos que acaudillarán los ejércitos. Las decisiones se toman por mayoría una vez que cada partido o cada opinante individual han hecho valer libremente sus argumentos. En el intervalo de sus sesiones, los asuntos ordinarios y los problemas que urge resolver son despachados por la Boulé, el Consejo, organismo de quinientos miembros elegidos a suertes a razón de cincuenta por tribu y que es como una imagen reducida de la Asamblea popular. Le incumbe al Consejo la preparación de las reuniones de la Ecclesia y el deliberar, con miras a un informe previo, sobre el orden del día de aquella. Los atenienses se preocupan tanto de no dejar que algún individuo se alce con el poder y se les imponga como tirano que ni siquiera la mesa del Consejo está constituida permanentemente por unos mismos personajes, sino que dicho organismo lo van tomando, por turno, representantes de cada tribu que ocupan el puesto durante una décima parte del año, y hasta el presidente -el pritano epístata-, que es en cierto modo el primer prohombre de la Ciudad, es designado diariamente por sorteo y sólo puede desempeñar el cargo una vez.

dimecres, 2 de maig del 2012

T-9 DATE LA BUENA VIDA Las cosas pueden ser bonitas y útiles, los animales (por lo menos algunos) resultan simpáticos, pero los hombres lo que queremos ser es humanos, no herramientas ni bichos. Y queremos también ser tratados como humanos, porque eso de la humanidad depende en buena medida de lo que unos hacemos con los otros. Me explico: el melocotón nace melocotón, el leopardo viene ya al mundo como leopardo, pero el hombre no nace ya hombre del todo ni nunca llega a serlo si los demás no le ayudan. ¿Por qué? Porque el hombre no es solamente una realidad biológica, natural (como los melocotones o los leopardos), sino también una realidad cultural. No hay humanidad sin aprendizaje cultural y el elemento base de toda cultura ( y fundamento por tanto de nuestra humanidad) es el lenguaje. El mundo en el que vivimos los humanos es un mundo lingüístico, una realidad de símbolos y leyes sin la cual no solo seríamos incapaces de comunicarnos entre nosotros sino también de captar la significación de lo que nos rodea. Pero nadie puede aprender a hablar por sí solo (como podría aprender a comer por sí solo o a mear -con perdón- por sí solo), porque el lenguaje no es una función natural y biológica del hombre aunque tenga su base en nuestra condición biológica, claro está) sino una creación cultural que heredamos y aprendemos de otros hombres. Por eso hablar a alguien y escucharle es tratarle como a una persona, por lo menos empezar a darle un trato humano. Es sólo un primer paso, desde luego, porque la cultura de la cual nos humanizamos unos a otros parte del lenguaje pero no es simplemente lenguaje. Hay otras formas de demostrar que nos reconocemos como humanos, es decir, estilos de respeto y de miramientos humanizadores que tenemos unos para con otros. Todos queremos que se nos trate así y si no, protestamos. Por eso las chicas se quejan de que se las trate como mujeres “objeto”, es decir, simples adornos o herramientas; y por eso cuando insultamos a alguien le llamamos “¡animal!”, como advirtiéndole que está rompiendo el trato debido entre hombres y que como siga así podemos pagarle con la misma moneda. Lo más importante de todo esto me parece lo siguiente: que la humanización (es decir, lo que nos convierte en humanos, en lo que queremos ser) es un proceso recíproco (como el propio lenguaje, ¿te das cuenta?). Para que los demás puedan hacerme humano, tengo yo que hacerles humanos a ellos; si para mí todos son como cosas o como bestias, yo no seré mejor que una cosa o una bestia tampoco. Por eso darse la buena vida no puede ser algo muy distinto a fin de cuentas de dar la buena vida. Piénsalo un poco, por favor. Fernando Savater -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- T-10 SOBRE EDUCAR Antes de ser educado, no hay en el niño ninguna personalidad propia que la enseñanza avasalle, sino sólo una serie de disposiciones genéricas fruto del azar biológico: a través del aprendizaje (no solo sometiéndose a él, sino también rebelándose contra él e innovando a partir de él) se construirá su identidad personal e irrepetible. Por supuesto, se trata de una forma de condicionamiento, pero que no pone fin a ninguna prístina libertad originaria, sino que posibilita precisamente la eclosión eficaz de lo que humanamente llamamos libertad. La peor educación que podamos imaginar potencia la humanidad del sujeto mientras le condiciona; por el contrario un ilusorio paraíso silvestre incondicionado no haría más que bloquearla para siempre. Según señaló el psicoanalista y antropólogo Géza Roheim , “es una paradoja intentar conocer la naturaleza humana no condicionada, pues la esencia de la naturaleza humana es estar condicionada”. No se trata, por tanto, de si debemos o no condicionar, sino de debatir cuál es el mejor condicionamiento. Fernando Savater ------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------- T-11 LA VIDA BUENA Y LA SOCIEDAD La vida buena exige una multitud de condiciones sociales y no se puede realizar sin ellas. La vida buena, decimos, se inspira en el amor y es guiada por el conocimiento, el cual sólo puede existir allá donde los gobiernos se dediquen a su descubrimiento y difusión. Por ejemplo, es alarmante la existencia del cáncer, ¿qué hacemos al respecto? Nadie está muy seguro de cómo resolver este problema, pues nos faltan conocimientos, pero estos no se alcanzarán si no surgen fundaciones destinadas a su investigación. Esto es aplicable al conocimiento de las ciencias, la historia, la literatura o el arte, los cuales deben ser accesibles a mucha gente, algo que no puede lograrse sin complicadas medidas por parte de las autoridades públicas. No basta tener, por ejemplo, la fe de los religiosos, no basta con la esperanza para lograr tales cosas. Pasa lo mismo con el comercio, sin él la mitad de los británicos morirían de hambre, y si mucha gente muriera de hambre, pocos podrían alcanzar una vida buena. La cuestión es que, en lo que diferencia una vida buena de una mala, el mundo es todo él una unidad, y si un hombre pretende vivir de manera totalmente independiente de él es que es un parásito, lo sepa él o no. Para vivir una vida buena, en su pleno sentido, un hombre necesita tener una buena educación, amigos, amor, hijos (si los desea), una renta suficiente para no pasar miseria ni angustias, buena salud y un trabajo interesante. Todas estas cosas dependen en gran parte de la comunidad y de los acontecimientos políticos, que las fomentan o las impiden. La vida buena ha de ser vivida en una buena sociedad, de lo contrario no es posible. Bertrand Russell

dijous, 26 d’abril del 2012

COMENTARIO DE TEXTO. T-3. “LA ILUSTRACIÓN” Este texto trata el problema de la libertad. Intenta convencernos de que el ser humano debe exigirse a sí mismo ser libre. (De forma alternativa, podríamos decir que el tema que tratamos es el de la Ilustración, y que la tesis es que ése es justamente el periodo histórico en que la especie humana toma conciencia de que ya no puede, como los niños, seguir dejando que otros gobiernen su vida) En primer lugar, Kant define la Ilustración como “salida del hombre de su culpable minoría de edad”. Entendemos que ser “menor de edad” es ser niño, es decir, no tener autonomía para decidir sobre la propia vida, lo cual supone dejar ésta en manos de otros. Además, la llama “culpable” porque acusa a la humanidad de haberse acomodado durante siglos a esta condición heterónoma. Como sucede con quienes ya tienen edad y capacidades adultas, pero se resignan a seguir dependiendo de sus padres, la humanidad ha extendido más tiempo del debido su infancia, con lo que el XVIII sería el momento en que, por fin, ha de asumir su libertad. Kant lo manifiesta en forma de consigna, como una llamada de ánimo, sirviéndose de un cultismo (latín). En un segundo argumento, refuerza la crítica acusando a la gente de cobarde y perezosa. Explica que esa debilidad es la que ha permitido a los tiranos hacerse con el máximo de poder. No es tan sencillo como cargar contra estos: en realidad han sido sus esclavos los que han pedido ser esclavizados. El ejemplo de las mujeres –él las llama “bello sexo”, un residuo machista propio de épocas como la suya- es muy claro, pues se dejan dominar por el varón porque les resulta muy cómodo dejar que sean otros los que hayan de tomar las decisiones. La utilización por parte de Kant de términos como “discípulo”, “emancipación” o “autonomía” refuerzan su argumento. Conviene en este sentido recordar la concepción kantiana de la autonomía moral, entendida como la capacidad del hombre para que sea su razón la que le dote de sus normas morales. Este concepto se opone, como sabemos, al de la heteronomía, propia de aquellos en los que son agentes externos a la razón los que suministran dichas normas. En un tercer argumento, a vueltas con la idea de que tememos ser dañados con la aventura de ser libres –en parte porque también nos animan a no intentarlo quienes están interesados en esclavizarnos-, Kant ofrece algunos ejemplos de excusas de las que la gente se sirve para no decidir por sí misma. Habla de lo que le hemos leído a los moralistas o de los inventos de la ciencia, como si siempre pudiéramos recurrir a elementos externos para no tener que vivir por nosotros mismos. Valdría igual si aludiéramos a quienes acuden a echadores de cartas, a los sacerdotes o, simplemente, intentan que alguna persona influyente les diga lo que tienen que hacer con su vida. “Cualquier cosa”, dice Kant, “sive como ligadura si lo que queremos es dejarnos aferrar” Al final del texto, como cuarto argumento y a modo de conclusión, Kant alude con admiración a esa minoría de seres humanos que se han atrevido a nadar a contracorriente y hacer ellos solos aquello que la mayoría no se atreve a hacer. Podemos suponer que Kant piensa en ellos porque son los que han iluminado el camino para que toda la especie camine hacia su liberación, tal y como el propio Kant cree que sucede con su época: la Ilustración. CÓMO HACER UN COMENTARIO DE TEXTO. 1.Lee el texto con mucha atención. 2.Vuelve a leerlo, ahora utilizando el lápiz para subrayar, marcar y tomar notas. 3.Determina qué tema está tratando, sobre qué está hablando, qué problema está planteándonos. Aquí no hay todavía posicionamiento u opinión, si la incluyes, aunque le quites el verbo, estarás encubriendo una tesis. (Si el autor me quiere convencer de que las mujeres son inferiores, no puedes decir como tema “la inferioridad de la mujer”) Nunca extiendas en exceso la formulación del tema, cuantas menos palabras, mejor. 4.Determina de qué nos quiere convencer, qué posicionamiento defiende respecto al tema planteado, qué es aquello que él opina y de lo que tiene que ir dando cuenta a largo del texto. No extiendas en exceso la formulación de la tesis, pues de lo contrario puedes mezclar razones con lo que es una simple afirmación. Si el autor dice que la mujer es inferior, los argumentos no forman parte de la tesis, ya los explicarás luego. Ya tienes el planteamiento general hecho. 5.Determina que estructura argumental despliega el autor a lo largo del texto para convencernos de su tesis. Puede servirse de: -argumentos subsidiarios o secundarios, es decir, razonamientos que explican su opinión. -datos científicos, estadísticos, fechas... -argumentos de autoridad -ejemplos -metáforas y comparaciones

dissabte, 14 d’abril del 2012

ALGUNOS CONSEJOS EN RELACIÓN A LA PREGUNTA 4 EN SELECTIVIDAD PARA DESCARTES

Veamos, la pregunta 4 de la PAU, con valor de un punto sobre el total de 10, nos reclama lo siguiente. «Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que juzgues importante en alguno de estos sentidos: por su
relación con el de otros filósofos, con hechos históricos relevantes
(especialmente si son coetáneos del autor o tienen relación con su
vida) o con rasgos significativos del mundo contemporáneo».

Distinguimos tres aspectos, creo que debemos separarlos, de manera que lo recomendable sería elaborar tu respuesta en base a sólo uno de los tres. Si optases por la mezcla, es decir, si por ejemplo hablas de acontecimientos históricos coetáneos al autor y también de aspectos del mundo contemporáneo, debe quedar muy claro desde el principio que vas a hacerlo de esa manera, de lo contrario generarás una confusión contraproducente. Te aconsejo pues en función de que vayas a dedicarte sólo a uno de los tres temas siguientes.

a. RELACIÓN CON OTROS AUTORES. El autor que conoces, aparte de Descartes, es Platón, aunque te recuerdo que también has estudiado a los presocráticos, a los sofistas y a Sócrates en la Antigüedad, además de a los escépticos como Montaigne y a los empiristas como Hume en la era en que vivió Descartes. Dado que de todos estos últimos es muy probable que hables en otras preguntas, yo acudiría a Platón (Te recuerdo que aún no conoces a Marx, pero ésta posibilidad también podría ser explotada una vez nos encontremos en Selectividad) Mi consejo es servirse del film "El show de Truman". Recordamos qué es la filosofía para establecer la diferencia entre los mundos verdaderos y los engañosos, estableciendo un paralelismo entre la ficción en la que vive sin saberlo el protagonista y el mundo de la caverna platónico, una línea argumental que lleva hasta el siglo XVII con el argumento onírico que plantea Descartes en su duda metódica, un razonamiento fingidamente escéptico que alcanza su máxima expresión en las Meditaciones metafísicas con la duda hiperbólica.

b. RELACIÓN CON HECHOS HISTÓRICOS. No es la única posibilidad, pero la Comisión de la Universidad sí aconseja expresamente que se trata de hechos históricos del tiempo del autor. Mi consejo, como creo que este punto lo hemos investigado suficientemente, es que relaciones el problema de la incertidumbre que desencadena todo el proyecto filosófico de nuestro autor con la problemática de las sociedades europeas de su tiempo. Estoy pensando en las crisis económicas, espirituales y políticas del XVII, sin olvidar la revolución científica que se está llevando a cabo a partir de los estudios físicos -y sobre todo en astronomía- de la Ciencia Nueva, y que pone en crisis todo el modelo de comprensión del mundo que arrastraba Europa desde el Medioevo.

Sólo desaconsejo esta opción en el caso de que las demás preguntas, en concreto la Redacción, te reclamen acudir a este asunto de la introducción histórica, en cuyo caso tratarlo también en la pregunta 4 puede ser redundante. A veces hay que ser redundante porque repites en el comentario o en la pregunta de definiciones ideas que también explicas en la redacción, pero mejor no propiciar este problema por voluntad propia con una pregunta tan libre como es la 4. Si no es el caso, mi consejo es optar por esta posibilidad b. (FE DE ERRATAS. En algún momento de clase nombré la escisión espiritual de Europa como Cisma de Occidente. Esto es un error. Hay que llamarla Reforma Luterana o Protestante, pero no Cisma de Occidente. En rigor, el Cisma sucede anteriormente, durante la Baja Edad Media, cuando el catolicismo se divide porque son proclamados dos autoridades papales rivales, la de Roma y la de Aviñon. Pido disculpas por el error)

C.RASGOS SIGNIFICATIVOS DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO. Interesante y sugerente, pero tremendamente "subjetiva", pues resulta difícil aconsejar. A vueltas con la incertidumbre, podrías referirte a la confusión generalizada en la que vivimos, debido por ejemplo a la gran recesión económica actual. La falta de referentes espirituales, con la explosión de fidelidades pseudo-religiosas que observamos, podría quizá también ser hábilmente explotada. La idea de que la Razón -el buen sentido- ha de guiarnos, podría ser utilizada en contra de los fanáticos religiosos de la actualidad. También podrías comparar con las dudas más escépticas -el argumento onírico y el del Genio Maligno- fenómenos actuales como el de la irrealidad en que vivimos por internet o por la televisión. La idea, en suma, es que nos hallamos en un tiempo de desorientación general que podría muy bien asociarse a la desazón con la que Descartes salió de Le Fleche, generándole la necesidad de encontrar un método que permitiera a la humanidad salir de su angustiosa incertidumbre a partir de la única fe realmente sólida, la razón.

diumenge, 11 de març del 2012

TEXTOS SOBRE EL TEMA DE LA LIBERTAD COMO PROBLEMA FILOSÓFICO.

T-1. EL DETERMINISMO.

Vayamos a las cosas creadas, todas las cuales están determinadas por cosas externas para existir y obrar de un modo cierto y determinado. Un caso sencillo. Una piedra recibe el impulso de una causa externa, una cierta cantidad de movimiento. Una vez cese de actuar esa causa externa, el movimiento de la piedra continuará. Esa permanencia de la piedra en el movimiento es coaccionada, y lo que digo de la piedra lo digo también de cualquier otro ser. Por muy complejo que un ser sea considerado, todos están determinados por una causa externa a actuar de la manera que lo hacen.

Pensad ahora, si os apetece, que la piedra, mientras empieza a moverse, fuera capaz de pensar. Lo que pensaría es que es ella la que se esfuerza en seguir moviéndose. Esa piedra pensante sólo sería consciente de su propio esfuerzo, por lo cual creería ser libre y no continuar en movimiento por otra causa que porque ella así lo quiere. Y ésta es la libertad que todos dicen tener y que consiste en que los hombres son conscientes de sus deseos, pero no de las causas que determinan dichos deseos. Así, el lactante cree que llora libremente por la leche, el niño preso de ira cree que quiere libremente la venganza, y el tímido, la huida. El que está embriagado cree que dice por una decisión de su propia voluntad lo que después en su sano juicio preferiría no haber dicho. El que delira, el charlatán, la histérica que grita y tantos otros de esa clase creen que obra por libre elección y no por ímpetu. Este prejuicio es innato a todos los hombres, por eso no se libran de él.
Spinoza



T-2 LA LIBERTAD EN EL EXISTENCIALISMO

Estoy condenado a ser libre, lo cual significa que no puedo encontrar a mi libertad más límites que ella misma o, si se prefiere, que no somos libres de dejar de ser libres. Para la realidad humana ser significa elegirse. Nada le viene de fuera o de dentro que pueda recibir o esperar: el hombre está abandonado enteramente, sin ayuda alguna, a la angustiosa obligación de construir su ser a cada momento y hasta en el menor detalle. No podría ser libre en unos casos y esclavo en otros: o es siempre enteramente libre o no es nada.

Dostoievski escribe: "Si Dios no existiera, todo estaría permitido". Éste es el punto de partida del existencialismo . En efecto, si no hay Dios todo es posible, pues el hombre está abandonado y no encuentra nada a lo que aferrarse. No hay valores fuera de mí que legitimen mi conducta. No hay un dominio luminoso de los valores al que pueda acogerme. Y, ante todo, lo que no encuentra son excusas. No hay una naturaleza, una esencia humana ya preestablecida a la que podamos remitirnos para explicar nuestras vidas. Por eso decimos que la existencia, el hecho mismo de que estoy aquí ahora mismo, es más importante que cualquier esencia en la que pretenda encajar mi yo. Soy libre, o mejor, soy libertad.

Jean-Paul Sartre


T-3. LA ILUSTRACIÓN

La Ilustración es la salida del hombre de su culpable minoría de edad. Minoría de edad significa incapacidad para servirse de su propia inteligencia sin guía ajena. Es una incapacidad culpable porque no se debe a la falta de inteligencia, sino a la falta de coraje y valor para servirse de ella por sí mismo sin tutelas ajenas. ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón! He aquí el lema de la Ilustración.

La pereza y la cobardía son la causa de que gran parte de la humanidad siga feliz en su situación de discípula, a pesar de que ya han superado la condición infantil, lo cual allana el camino a los déspotas. ¡Es tan cómodo no estar emancipado! Otros cargarán sobre sus espaldas la fastidiosa labor de pensar. Y ya se encargarán esos otros de que pasar a la emancipación es difícil y peligroso. Tanto nos han entontecido y domesticado que muchos no se salen del camino trillado que les señalaron (y no digamos nada del bello sexo) Pero ignoramos que no son tan peligrosos los caminos de la autonomía, pues tras unas cuantas caídas todos aprenderíamos a caminar solitos, si bien los hay que abandonan espantados la aventura a la primera caída. Desgraciadamente, muchos le cogen cariño a eso de no servirse de su propia razón, entre otras cosas porque nunca se les animó a intentar la aventura. Teorías de los científicos, artefactos tecnológicos, principios morales de los hombres célebres... cualquier cosa puede servir como ligadura si lo que queremos es dejarnos aferrar. Quien se libra de ellas apenas se atreverá a dar un precario salto para salvar una pequeña zanja, pues no está acostumbrado a los movimientos desembarazados. Por eso son pocos los que, con esfuerzo de su propio espíritu, han logrado superar esa incapacidad y caminar con paso firme.

Imanuel Kant


T-4. NATURALEZA Y LIBRE ALBEDRÍO.

En todo animal no veo mas que una máquina ingeniosa a la que ha dotado la naturaleza de sentidos para fortalecerse ella misma y para asegurarse, hasta cierto punto, contra aquello que tiende a destruirla o a trastornarla. Las mismas cosas advierto precisamente en la máquina humana, con la diferencia de que en las operaciones del animal lo hace todo la naturaleza por sí sola, mientras que el hombre contribuye a las suyas en calidad de agente libre. Uno escoge o rechaza por instinto, y el otro, merced a un acto de libre albedrío; lo que hace que el animal no pueda apartarse de la norma que tiene prescrita, ni aún cuando le fuere ventajoso hacerlo, y que el hombre se aparte a menudo de ella en perjuicio suyo. Es así como una paloma se moriría de hambre junto a una fuente colmada de las mejores carnes y un gato sobre montones de grano, aunque uno y otro podrían muy bien nutrirse del alimento que desdeñan, sólo con que se les ocurriese intentarlo. Y así es también como los hombres libertinos se entregan a excesos que les causan la enfermedad y la muerte.

Jean-Jacques Rousseau.

T-5 LA CONQUISTA DE LA ÉTICA: LA PREHISTORIA.

Cuando la humanidad inaugura la historia en Asia Menor la conciencia humana tiene ya de 30 a 40000 siglos de experiencia. Desde que la invención de la escritura se lo permitió, el hombre se sirvió inmediatamente del granito para grabar las normas que había que respetar con el fin de que la sociedad humana no retornase a la animalidad de sus orígenes. Los primeros códigos de Mesopotamia así lo prueban.

Descendiente de un primate que se puso en pie con dificultad, hace de tres a cuatro millones de años, el hombre -cuando entró en la historia- después de todo ese tiempo, hizo una elección: conquistar la ética oponiéndose al simple orden natural de la sola evolución cósmica. A lo largo de la Prehistoria hizo progresivamente elecciones que le volvieron propiamente humano, como también ha comentado Thomas Huxley en su conferencia sobre La evolución y la Ética en el Congreso de Oxford de 1893. ¡Lo que dijo tendrá pronto un siglo, pero no tiene ninguna arruga! "Toda la naturaleza está inundada de sangre", recuerda el célebre naturalista, "en ella sólo triunfan la fuerza, el pico y las garras". Ella es la negación de los principios morales. La enseñanza que nos da la naturaleza en términos morales es el mal absoluto. El mal que domina y que triunfa. La ética supone una conducta contraria. Ella niega el modo de vida cósmico, que es el de los gladiadores en la arena. La evolución cósmica no es capaz de darnos ningún argumento para mostrar que lo que nosotros llamamos el bien es preferible a lo que llamamos el mal.

La elección del modo de vida ético frente al modo de vida cósmico se la debemos al hombre de la Prehistoria. Tuvo que salir del ámbito de la naturaleza para entrar en el de la conciencia. Y es esa elección la que le ha hecho un ser humano frente a los demás animales."

M.Anselme


T-6.¿LIBERTAD O ENTENDIMIENTO?

Todo animal tiene ideas, puesto que tiene sentidos; incluso combina sus ideas hasta un cierto punto y el hombre no difiere de él en este punto más que gradualmente; algunos filósofos han llegado a decir que existe mayor diferencia entre un hombre y otro que entre un hombre y otra bestia. Por ello, no es tanto el entendimiento quien distingue específicamente los animales y el hombre cuanto su calidad de agente libre. La naturaleza ordena a todo animal y la bestia obedece. El hombre percibe la misma impresión, pero se reconoce libre para asentir o resistir; y es sobre todo en la conciencia de esta libertad donde se muestra la espiritualidad de su alma, pues si bien lo físico explica en cierto modo el mecanismo de los sentidos y la formación de las ideas, en cambio en la potencia del querer o mejor del elegir y en el sentimiento de tal potencia sólo se encuentran actos espirituales de los que no se explica nada
por las leyes de la mecánica.

Jean-Jacques Rousseau

T-7 PARA UNA ÉTICA DE LA RESPONSABILIDAD

Imagínense ustedes que sobre los automóviles no recibiesen los jóvenes más que dos tipos de información: la de los anunciantes y la crónica de accidentes de tráfico. La publicidad les presentaría vehículos omnipotentes que transcurren en paisajes de maravilla y prometen la compañía de las más sugestivas beldades; por otro lado se les iba a brindar la nómina de familias despanzurradas entre hierros retorcidos, atropellos fatales y conductores que dan una cabezadita para luego prolongar eternamente el sueño en el fondo de algún precipicio. Los unos muestran un falso paraíso para todos, los otros el infierno muy cierto de unos cuantos. ¿Qué faltaría aquí? Quizá la noticia objetiva de que los coches sirven para trasladarse de un lugar a otro con cierta comodidad, aunque su uso desmedido produce atascos de tráfico y los excesos de velocidad pueden ser fatales. Pero sobre todo faltaría el profesor que enseña a conducir a quien decide utilizar uno de esos vehículos. No necesito añadir lo que ocurriría además si los autos hubiese que comprarlos de segunda mano a bandas de gángsters y todas las gasolineras y los talleres de reparaciones funcionasen en la clandestinidad...

En la escuela sólo se pueden enseñar los usos responsables de la libertad, no aconsejar a los alumnos que renuncien a ella. Algunos pseudoeducadores dicen que la droga no es cuestión de libertad personal porque el drogadicto pierde el libre albedrío: ¡como si no perdiese también la libertad de ser soltero quien se casa, la de convertirse en atleta quien dedica sus horas al estudio o la libertad de permanecer en casa quien emprende un viaje! Cada elección libre determina decisivamente la orientación de nuestras elecciones futuras y ello no es un argumento contra la libertad sino el motivo para tomarla en serio y ser responsable. Estos moralistas de pacotilla que confunden la pérdida de la libertad con las determinaciones que nos llegan por su empleo suelen ser santurrones pero olvidan lo que dijeron antaño santos más fiables. Por ejemplo San Juan Crisóstomo, en el siglo IV d. J.C.: «Oigo gritar al hombre: ¡ojalá no hubiese vino! Qué insensatos. ¿Qué culpa tiene el vino de los abusos? Si dices"ojalá no hubiese vino" a causa de la embriaguez, entonces habría que decir"ojalá no hubiese noche" a causa de los ladrones, "ojalá no hubiese luz" a causa de los delatores y "ojalá no hubiese mujeres" a causa del adulterio.» En la situación actual, mientras siga vigente la absurda penalización del uso dedrogas, los esfuerzos de los maestros por preparar a los jóvenes para afrontar este embrollado disparate no pueden ir más allá de recomendarles que no mitifiquen la ilegalidad... ni la legalidad mucho menos.

Fernando Savater

T-8 ¿SEXO O EROTISMO?

Desde luego, una de las funciones indudablemente importantes del sexo es la
procreación. ¡Qué te voy a contar a ti, que eres hijo mío! Y es una consecuencia que no puede ser tomada a la ligera, pues impone obligaciones ciertamente éticas: repasa, si no te acuerdas, lo que te he contado antes sobre la responsabilidad como reverso inevitable de la libertad. Pero la experiencia sexual no puede limitarse simplemente a la función procreadora. En los seres humanos, los dispositivos naturales para asegurar la perpetuación de la especie tienen siempre otras dimensiones que la biología no parece haber previsto. Se les añaden símbolos y refinamientos, invenciones preciosas de esa libertad sin la que los hombres no seríamos hombres.
Es paradójico que sean los que ven algo de «malo» o al menos de «turbio» en el sexo
quienes dicen que dedicarse con demasiado entusiasmo a él animaliza al hombre. La
verdad es que son precisamente los animales quienes sólo emplean el sexo para procrear, lo mismo que sólo utilizan la comida para alimentarse o el ejercicio físico para conservar la salud; los humanos, en cambio, hemos inventado el erotismo, la gastronomía y el atletismo. El sexo es un mecanismo de reproducción para los hombres, como también para los ciervos y los besugos; pero en los hombres produce otros muchos efectos, por ejemplo la poesía lírica y la institución matrimonial, que ni los ciervos ni los besugos conocen (no sé si por desgracia o por suerte para ellos). Cuanto más se separa el sexo de la simple procreación, menos animal y más humano resulta. Claro que de ello se derivan consecuencias buenas y malas, como siempre que la libertad está en juego.

Fernando Savater