dimarts, 7 de setembre del 2010

ÉTICA.

TEXTO: "IRÁN AHORCA A DOS HOMBRES POR MANTENER RELACIONES HOMOSEXUALES".

Los jóvenes Mojtar N. y Alí A. han sido ahoracados en la ciudad de Gogan (Irán) según la organización pro derechos humanos Human Rights Watch. Se les acusó de mantener relaciones sexuales, un delito castigado con pena de muerte. El tribunal se basó en la sharia, una normativa que interpreta de forma extremista el corán y que también rige en países como Arabia Saudí, Pakistán o Sudán entre otros.

Si las relaciones sexuales entre hombres no incluyen penetración, se castigan con latigazos las primeras veces. La pena capital puede aplicarse por distintos métodos: ahorcamiento, decapitación y lapidación. Las relaciones lébicas también son perseguidas. La ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas y Gays) explica que en Afganistán, durante el régimen de los talibanes, se lapidaba enterrando a la víctima hasta el cuello cerca de una pared, la cual se le echaba encima empujándola con un tractor.

¿Casos excepcionales? No exactamente: hasta en ochenta países, según ILGA, persiguen la homosexualidad con penas de cárcel, multas, castigos corporales o destierro. En Egipto se aplicó la figura de "escádalo público y conducta inmoral" a quienes participaron en una fiesta en un barco en el Nilo en 2001. Algunos incluso hubieron de cumplir penas de cárcel.

El caso de Mojtar y Alí sólo es el último de los que recoge la ong HRW. En 2003 la policía iraní detuvo a un grupo de hombres que participaban en una fiesta en un domicilio privado. Uno de los arrestados reveló haber sido torturado para que diera en nombre de otros homosexuales. En 2004 la policía iraní usó internet para contactar con hombres que querían manterner relaciones con otros hombres. Al acudir a sus citas, eran arrestados. Uno de los detenidos, Amir, fue condenado a 175 latigazos, de los cuales recibió 100 primero y el resto después, cuando se recuperó del primer castigo. Amir relató su terrible experiencia a HRW tras abandonar el país, ya que siguió siendo vigilado y hostigado por la policía tras la condena.