diumenge, 11 de març del 2012

TEXTOS SOBRE EL TEMA DE LA LIBERTAD COMO PROBLEMA FILOSÓFICO.

T-1. EL DETERMINISMO.

Vayamos a las cosas creadas, todas las cuales están determinadas por cosas externas para existir y obrar de un modo cierto y determinado. Un caso sencillo. Una piedra recibe el impulso de una causa externa, una cierta cantidad de movimiento. Una vez cese de actuar esa causa externa, el movimiento de la piedra continuará. Esa permanencia de la piedra en el movimiento es coaccionada, y lo que digo de la piedra lo digo también de cualquier otro ser. Por muy complejo que un ser sea considerado, todos están determinados por una causa externa a actuar de la manera que lo hacen.

Pensad ahora, si os apetece, que la piedra, mientras empieza a moverse, fuera capaz de pensar. Lo que pensaría es que es ella la que se esfuerza en seguir moviéndose. Esa piedra pensante sólo sería consciente de su propio esfuerzo, por lo cual creería ser libre y no continuar en movimiento por otra causa que porque ella así lo quiere. Y ésta es la libertad que todos dicen tener y que consiste en que los hombres son conscientes de sus deseos, pero no de las causas que determinan dichos deseos. Así, el lactante cree que llora libremente por la leche, el niño preso de ira cree que quiere libremente la venganza, y el tímido, la huida. El que está embriagado cree que dice por una decisión de su propia voluntad lo que después en su sano juicio preferiría no haber dicho. El que delira, el charlatán, la histérica que grita y tantos otros de esa clase creen que obra por libre elección y no por ímpetu. Este prejuicio es innato a todos los hombres, por eso no se libran de él.
Spinoza



T-2 LA LIBERTAD EN EL EXISTENCIALISMO

Estoy condenado a ser libre, lo cual significa que no puedo encontrar a mi libertad más límites que ella misma o, si se prefiere, que no somos libres de dejar de ser libres. Para la realidad humana ser significa elegirse. Nada le viene de fuera o de dentro que pueda recibir o esperar: el hombre está abandonado enteramente, sin ayuda alguna, a la angustiosa obligación de construir su ser a cada momento y hasta en el menor detalle. No podría ser libre en unos casos y esclavo en otros: o es siempre enteramente libre o no es nada.

Dostoievski escribe: "Si Dios no existiera, todo estaría permitido". Éste es el punto de partida del existencialismo . En efecto, si no hay Dios todo es posible, pues el hombre está abandonado y no encuentra nada a lo que aferrarse. No hay valores fuera de mí que legitimen mi conducta. No hay un dominio luminoso de los valores al que pueda acogerme. Y, ante todo, lo que no encuentra son excusas. No hay una naturaleza, una esencia humana ya preestablecida a la que podamos remitirnos para explicar nuestras vidas. Por eso decimos que la existencia, el hecho mismo de que estoy aquí ahora mismo, es más importante que cualquier esencia en la que pretenda encajar mi yo. Soy libre, o mejor, soy libertad.

Jean-Paul Sartre


T-3. LA ILUSTRACIÓN

La Ilustración es la salida del hombre de su culpable minoría de edad. Minoría de edad significa incapacidad para servirse de su propia inteligencia sin guía ajena. Es una incapacidad culpable porque no se debe a la falta de inteligencia, sino a la falta de coraje y valor para servirse de ella por sí mismo sin tutelas ajenas. ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón! He aquí el lema de la Ilustración.

La pereza y la cobardía son la causa de que gran parte de la humanidad siga feliz en su situación de discípula, a pesar de que ya han superado la condición infantil, lo cual allana el camino a los déspotas. ¡Es tan cómodo no estar emancipado! Otros cargarán sobre sus espaldas la fastidiosa labor de pensar. Y ya se encargarán esos otros de que pasar a la emancipación es difícil y peligroso. Tanto nos han entontecido y domesticado que muchos no se salen del camino trillado que les señalaron (y no digamos nada del bello sexo) Pero ignoramos que no son tan peligrosos los caminos de la autonomía, pues tras unas cuantas caídas todos aprenderíamos a caminar solitos, si bien los hay que abandonan espantados la aventura a la primera caída. Desgraciadamente, muchos le cogen cariño a eso de no servirse de su propia razón, entre otras cosas porque nunca se les animó a intentar la aventura. Teorías de los científicos, artefactos tecnológicos, principios morales de los hombres célebres... cualquier cosa puede servir como ligadura si lo que queremos es dejarnos aferrar. Quien se libra de ellas apenas se atreverá a dar un precario salto para salvar una pequeña zanja, pues no está acostumbrado a los movimientos desembarazados. Por eso son pocos los que, con esfuerzo de su propio espíritu, han logrado superar esa incapacidad y caminar con paso firme.

Imanuel Kant


T-4. NATURALEZA Y LIBRE ALBEDRÍO.

En todo animal no veo mas que una máquina ingeniosa a la que ha dotado la naturaleza de sentidos para fortalecerse ella misma y para asegurarse, hasta cierto punto, contra aquello que tiende a destruirla o a trastornarla. Las mismas cosas advierto precisamente en la máquina humana, con la diferencia de que en las operaciones del animal lo hace todo la naturaleza por sí sola, mientras que el hombre contribuye a las suyas en calidad de agente libre. Uno escoge o rechaza por instinto, y el otro, merced a un acto de libre albedrío; lo que hace que el animal no pueda apartarse de la norma que tiene prescrita, ni aún cuando le fuere ventajoso hacerlo, y que el hombre se aparte a menudo de ella en perjuicio suyo. Es así como una paloma se moriría de hambre junto a una fuente colmada de las mejores carnes y un gato sobre montones de grano, aunque uno y otro podrían muy bien nutrirse del alimento que desdeñan, sólo con que se les ocurriese intentarlo. Y así es también como los hombres libertinos se entregan a excesos que les causan la enfermedad y la muerte.

Jean-Jacques Rousseau.

T-5 LA CONQUISTA DE LA ÉTICA: LA PREHISTORIA.

Cuando la humanidad inaugura la historia en Asia Menor la conciencia humana tiene ya de 30 a 40000 siglos de experiencia. Desde que la invención de la escritura se lo permitió, el hombre se sirvió inmediatamente del granito para grabar las normas que había que respetar con el fin de que la sociedad humana no retornase a la animalidad de sus orígenes. Los primeros códigos de Mesopotamia así lo prueban.

Descendiente de un primate que se puso en pie con dificultad, hace de tres a cuatro millones de años, el hombre -cuando entró en la historia- después de todo ese tiempo, hizo una elección: conquistar la ética oponiéndose al simple orden natural de la sola evolución cósmica. A lo largo de la Prehistoria hizo progresivamente elecciones que le volvieron propiamente humano, como también ha comentado Thomas Huxley en su conferencia sobre La evolución y la Ética en el Congreso de Oxford de 1893. ¡Lo que dijo tendrá pronto un siglo, pero no tiene ninguna arruga! "Toda la naturaleza está inundada de sangre", recuerda el célebre naturalista, "en ella sólo triunfan la fuerza, el pico y las garras". Ella es la negación de los principios morales. La enseñanza que nos da la naturaleza en términos morales es el mal absoluto. El mal que domina y que triunfa. La ética supone una conducta contraria. Ella niega el modo de vida cósmico, que es el de los gladiadores en la arena. La evolución cósmica no es capaz de darnos ningún argumento para mostrar que lo que nosotros llamamos el bien es preferible a lo que llamamos el mal.

La elección del modo de vida ético frente al modo de vida cósmico se la debemos al hombre de la Prehistoria. Tuvo que salir del ámbito de la naturaleza para entrar en el de la conciencia. Y es esa elección la que le ha hecho un ser humano frente a los demás animales."

M.Anselme


T-6.¿LIBERTAD O ENTENDIMIENTO?

Todo animal tiene ideas, puesto que tiene sentidos; incluso combina sus ideas hasta un cierto punto y el hombre no difiere de él en este punto más que gradualmente; algunos filósofos han llegado a decir que existe mayor diferencia entre un hombre y otro que entre un hombre y otra bestia. Por ello, no es tanto el entendimiento quien distingue específicamente los animales y el hombre cuanto su calidad de agente libre. La naturaleza ordena a todo animal y la bestia obedece. El hombre percibe la misma impresión, pero se reconoce libre para asentir o resistir; y es sobre todo en la conciencia de esta libertad donde se muestra la espiritualidad de su alma, pues si bien lo físico explica en cierto modo el mecanismo de los sentidos y la formación de las ideas, en cambio en la potencia del querer o mejor del elegir y en el sentimiento de tal potencia sólo se encuentran actos espirituales de los que no se explica nada
por las leyes de la mecánica.

Jean-Jacques Rousseau

T-7 PARA UNA ÉTICA DE LA RESPONSABILIDAD

Imagínense ustedes que sobre los automóviles no recibiesen los jóvenes más que dos tipos de información: la de los anunciantes y la crónica de accidentes de tráfico. La publicidad les presentaría vehículos omnipotentes que transcurren en paisajes de maravilla y prometen la compañía de las más sugestivas beldades; por otro lado se les iba a brindar la nómina de familias despanzurradas entre hierros retorcidos, atropellos fatales y conductores que dan una cabezadita para luego prolongar eternamente el sueño en el fondo de algún precipicio. Los unos muestran un falso paraíso para todos, los otros el infierno muy cierto de unos cuantos. ¿Qué faltaría aquí? Quizá la noticia objetiva de que los coches sirven para trasladarse de un lugar a otro con cierta comodidad, aunque su uso desmedido produce atascos de tráfico y los excesos de velocidad pueden ser fatales. Pero sobre todo faltaría el profesor que enseña a conducir a quien decide utilizar uno de esos vehículos. No necesito añadir lo que ocurriría además si los autos hubiese que comprarlos de segunda mano a bandas de gángsters y todas las gasolineras y los talleres de reparaciones funcionasen en la clandestinidad...

En la escuela sólo se pueden enseñar los usos responsables de la libertad, no aconsejar a los alumnos que renuncien a ella. Algunos pseudoeducadores dicen que la droga no es cuestión de libertad personal porque el drogadicto pierde el libre albedrío: ¡como si no perdiese también la libertad de ser soltero quien se casa, la de convertirse en atleta quien dedica sus horas al estudio o la libertad de permanecer en casa quien emprende un viaje! Cada elección libre determina decisivamente la orientación de nuestras elecciones futuras y ello no es un argumento contra la libertad sino el motivo para tomarla en serio y ser responsable. Estos moralistas de pacotilla que confunden la pérdida de la libertad con las determinaciones que nos llegan por su empleo suelen ser santurrones pero olvidan lo que dijeron antaño santos más fiables. Por ejemplo San Juan Crisóstomo, en el siglo IV d. J.C.: «Oigo gritar al hombre: ¡ojalá no hubiese vino! Qué insensatos. ¿Qué culpa tiene el vino de los abusos? Si dices"ojalá no hubiese vino" a causa de la embriaguez, entonces habría que decir"ojalá no hubiese noche" a causa de los ladrones, "ojalá no hubiese luz" a causa de los delatores y "ojalá no hubiese mujeres" a causa del adulterio.» En la situación actual, mientras siga vigente la absurda penalización del uso dedrogas, los esfuerzos de los maestros por preparar a los jóvenes para afrontar este embrollado disparate no pueden ir más allá de recomendarles que no mitifiquen la ilegalidad... ni la legalidad mucho menos.

Fernando Savater

T-8 ¿SEXO O EROTISMO?

Desde luego, una de las funciones indudablemente importantes del sexo es la
procreación. ¡Qué te voy a contar a ti, que eres hijo mío! Y es una consecuencia que no puede ser tomada a la ligera, pues impone obligaciones ciertamente éticas: repasa, si no te acuerdas, lo que te he contado antes sobre la responsabilidad como reverso inevitable de la libertad. Pero la experiencia sexual no puede limitarse simplemente a la función procreadora. En los seres humanos, los dispositivos naturales para asegurar la perpetuación de la especie tienen siempre otras dimensiones que la biología no parece haber previsto. Se les añaden símbolos y refinamientos, invenciones preciosas de esa libertad sin la que los hombres no seríamos hombres.
Es paradójico que sean los que ven algo de «malo» o al menos de «turbio» en el sexo
quienes dicen que dedicarse con demasiado entusiasmo a él animaliza al hombre. La
verdad es que son precisamente los animales quienes sólo emplean el sexo para procrear, lo mismo que sólo utilizan la comida para alimentarse o el ejercicio físico para conservar la salud; los humanos, en cambio, hemos inventado el erotismo, la gastronomía y el atletismo. El sexo es un mecanismo de reproducción para los hombres, como también para los ciervos y los besugos; pero en los hombres produce otros muchos efectos, por ejemplo la poesía lírica y la institución matrimonial, que ni los ciervos ni los besugos conocen (no sé si por desgracia o por suerte para ellos). Cuanto más se separa el sexo de la simple procreación, menos animal y más humano resulta. Claro que de ello se derivan consecuencias buenas y malas, como siempre que la libertad está en juego.

Fernando Savater