ATENCIÓN, SELECTIVIDAD. SUGERENCIA DE PREGUNTA 4 PARA KANT
Atendiendo a la segunda opción planteada en la pregunta, asociaremos
la figura de Immanuel Kant al fenómeno histórico de la Revolución Francesa.
Los fundamentos de la filosofía kantiana producen dudas
respecto a la mirada que, desde la distancia de Königsberg, habría de dirigir
el autor de la Crítica de la Razon
Pura a los sucesos franceses de 1789. Kant es, como
sabemos, un gran ilustrado, es decir, un defensor a ultranza del poder de la Razón para solucionar los
problemas del género humano. Cabe suponer que un movimiento de masas destinado
a provocar todo tipo de desórdenes podría generarle todo tipo de sospechas.
Fácilmente la plebe parisina enfurecida daría rienda suelta a su parte
irracional, lo cual desencadenaría un pillaje sin ley y una violencia indiscriminada.
Sabemos que esto ocurrió de verdad, sin embargo Kant mostró
una considerable simpatía por el movimiento francés. Creía que sus principios
en defensa de la libertad de pensamiento y los derechos del individuo frente a
la tiranía tenían mucho que ver con los ideales ilustrados que guiaron a los
revolucionarios. En cierto modo podemos suponer que para Kant la Revolución se quedó
incluso corta, pues sus expectativas de una sociedad justa y pacífica, donde
los hombres no anduvieran en una guerra perpetua, iban mucho más allá de lo que
las instituciones creadas por la
Revolución llegaron a plantear. Y, sin embargo, el transcurso
del proceso revolucionario sembró fuertes dudas en Kant respecto a su inicial
entusiasmo. Criticó duramente la ejecución en la guillotina del Rey Luis XVI.
Desde ese momento empezó a desconfiar de las revoluciones populares, pues se
dio cuenta de que siempre terminaban generando desastres. Además se dio cuenta
de que en las revoluciones las leyes se relajaban o eran destruidas, lo cual
permitía que los libertinos y los abusadores se apoderaran de las naciones y
aterrorizaran a todos los demás, lo que podía volver la situación peor incluso
a la del Absolutismo.
¿Cómo salir de esta contradicción? Por una parte, Kant creía
en el derecho de las naciones a rebelarse contra los tiranos y derrocarlos; por
otro temía la muerte, el dolor y el desorden que siempre han generado los
motines populares. Para terminar de definir la posición kantiana tenemos que
acudir a sus últimos escritos, que, a propósito de los sucesos franceses, le
hicieron centrar su pensamiento en cuestiones relativas a la política. Hay que
tener claro que Kant nunca llegó a posicionarse rotundamente en contra de la Revolución Francesa.
Sin embargo, sí terminó sustituyendo el concepto de revolución por el de “evolución”.
Siempre basándose en la primacía de la
Razón , entendió que la transformación de la sociedad en clave
de progreso sólo sería posible de forma gradual. Se trataría de un proceso de
triunfo lento de la libertad sobre la tiranía. Eso sí, para que la libertad no
degenere en abusos, debe ser regulada por el derecho. Los principios del
derecho deben regirnos a todos y controlar la tendencia que tenemos los humanos
a entrar en conflicto entre nosotros. Podemos decir que esta concepción
universalista o “cosmopolita” del derecho funda un modelo de pensamiento que
desemboca ya en nuestro tiempo en la Carta Internacional
de los Derechos Humanos. No es pues descabellado afirmar que el kantismo es
directo inspirador del derecho internacional contemporáneo.
En suma, Kant es un “revolucionario” y un pensador utópico,
pero sólo si entendemos que tiene fe absoluta en la Razón y en la voluntad del
hombre, única manera de evitar los excesos de la violencia y la guerra perpetua.