dimecres, 5 d’octubre del 2011

T-5 EL HOMBRE EN ESTADO DE NATURALEZA

Concluyamos que, errante en las selvas, sin industria, sin palabra, sin domicilio, sin guerra y sin vínculos, sin necesidad alguna de sus semejantes, como sin deseo alguno de perjudicarlos, quizá sin conocer a ninguno individualmente, el hombre salvaje, sujeto a pocas pasiones y bastándose a sí mismo, no tenía más que los sentimientos y las luces propios de este estado, ni sentía más que sus verdaderas necesidades, ni miraba más que aquello que creía tener necesidad de ver; su inteligencia no progresaba más que su vanidad. Si por acaso hacía algún descubrimiento, tanto menos podía comunicarlo cuanto que ni aún a sus hijos conocía. Perecía el arte con el inventor; no había educación ni progreso, y las generaciones se multiplicaban inútilmente; partiendo cada una del mismo punto, deslizábanse los siglos con toda la tosquedad de las primeras edades, la especie era ya vieja y el hombre seguía siendo siempre niño.

Jean Jacques Rousseau

T-6 EL HOMBRE, ANIMAL POLÍTICO

Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....]

Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado.

Aristóteles, Política, 1253a

T-7 HERENCIA O MEDIO

En los primeros días de la genética se pensaba que cada gen codificaba la información correspondiente a un único rasgo, de manera que habría uno para el color, uno para la forma, uno para el tamaño, etc...No es tan sencillo y, desde luego, no hay un gen de la inteligencia o un gen de la agresividad. En la determinación de los rasgos intervienen muchos genes. Así, algo tan sencillo como el color de una flor es producto de un laberinto de causas genéticas, complejas rutas de biosíntesis donde intervienen encimas y proteínas además de distintos genes en un enrevesado proceso. Además los mismos genes actuarán de forma distinta en distintos contextos ambientales. Si esto sucede con el color de una flor, imaginemos qué puede suceder con un rasgo de conducta humana. Como afirma Richard Dawkins el gen se manifestará en nosotros en función de cómo se nos críe o qué alimentación y educación recibamos.

Jose Antonio Marina

T-8 INTELIGENCIA

Daré algunos ejemplos famosos. 1. En Inglaterra los repartidores de leche suelen dejar las botellas a la puerta de las casas. Un paro (ave) descubrió cómo romper el tapón con el pico para beberse el contenido; en poco tiempo, la costumbre se generalizó de tal manera que fue necesario cambiar el tipo de tapones. 2 En Japón se alimentaba con boniatos a un grupo de macacos (monos) desde hacía más de un año. Pues bien, un día a una hembra joven se le ocurrió lavar el boniato en un río:la costumbre se extendió en poco tiempo a todos los demás individuos del grupo. 3. También aprendieron los macacos de Kyoto a calentarse junto al fuego observando lo que hacían sus guardianes. Nada de qué extrañarse, ya sabemos lo que es un "mono de imitación". En estos casos ha habido pues aprendizaje por imitación . Pero en los dos primeros se dan otros tipos de aprendizaje. Quizá el primer paro que abrió la botella de leche ejercitaba un comportamiento de curiosidad -casi todos los animales son curioseadores- y por azar -aprendizaje por ensayo y error- encontró la manera de beberse el contenido. En el caso de los boniatos, el macaco demostró una notable inteligencia. Aprendió según el procedimiento que los psicólogos llaman comprensión súbita: percibió al mismo tiempo el boniato sucio y el agua del río y, de pronto...¡comprendió!

Todos estos ejemplos de aprendizaje lo son de animales que viven en un ambiente muy rico y favorable. Pero hay otro ejemplo, el de la garrapata, que, por vivir en un mundo muy reducido y estable, no necesita aprender prácticamente nada. Toda la conducta de este animal está programada mediante instintos (señales-estímulo y mecanismos desencadenadores). He aquí el relato de su apasionante vida.

La garrapata espera en las ramas de cualquier arbusto para caer sobre cualquier animal de sangre caliente. Careciendo de ojos, posee en la piel un sentido general lumínico, al parecer, para orientarse en el camino hacia arriba cuando trepa hacia su punto de espera. La proximidad de la presa se la indica a ese animal ciego y mudo el sentido del olfato, que está determinado sólo al único olor que exhalan todos los mamíferos: el ácido butírico. Ante esa señal se deja caer, y cuando cae sobre algo caliente y ha alcanzado su presa, prosigue por su sentido del tacto y de la temperatura hasta encontrar el lugar más caliente, es decir, el que no tiene pelos, donde perfora el tejido de la piel y chupa la sangre.Así pues, el mundo de la garrapata consta solamente de percepciones de luz y de calor y de una sola cualidad odorífera. Está probado que no tiene sentido del gusto. Una vez que ha llegado a su fin su primera y única comida, se deja caer al suelo, pone sus huevos y muere.
Naturalmente, sus posibilidades son escasas. Para asegurar la conservación de la especie, un gran número de esos animales espera sobre los arbustos, y además cada uno de ellos puede esperar largo tiempo sin alimento. En el Instituto Zoológico de Rostock se han conservado con vida garrapatas que estuvieron dieciocho años sin comer... (A. GEHLEN, El hombre.)


T-9 LA PUBERTAD

Durante el último siglo y medio (las estadísticas no permiten ir más lejos), la edad de la pubertad ha sufrido una disminución constante, prácticamente lineal, en todos los países industrialmente desarrollados. Alrededor de 1833, la primera regla en las chicas ( y la primera eyaculación en los chicos) se producía sobre los diecisiete años... En nuestros días la edad de la pubertad ha bajado a los trece. Todos los países del mundo muestran este fenómeno, que se ha constituido en un verdadero "universal".

Los efectos de la nutrición pueden explicar esta precocidad, pues se ha demostrado que hay una correlación entre el peso corporal y la manifestación de los primeros síntomas de la pubertad. También los efectos psicológicos parecen actuar sobre la cronología de la maduración sexual. Money y Ehrhardt han observado, por ejemplo, que la hospitalización o el cambio de ambiente pueden acelerar la pubertad en los adolescentes que viven en un medio familiar opresivo y lleno de conflictos.

Massimo Piatelli-Palmarini